Se puede decir que la espelta es uno de los trigos más antiguos que existen, ya que se cultivaba desde hace 7000 años en oriente. En la Península Ibérica se cultiva desde hace unos 5000 años. Debido a un bajo rendimiento productivo, no se siguió extendiendo para el comercio, pero es una especie muy resistente a los climas fríos y a las enfermedades.
Posee propiedades nutricionales importantes, ya que es pobre en gluten (importante para las personas alérgicas a esta proteína), tiene vitaminas B1, B2, B3 y E. Es rico en minerales como el calcio, fósforo, azufre, sodio, potasio, hierro, zinc, magnesio y silicio. Además, contiene todos los aminoácidos esenciales que nuestro organismo necesita para fabricar proteínas. El dato de los aminoácidos es muy curioso, ya que todos los cereales carecen de alguno de ellos.
La espelta es bastante más digestiva que el trigo común (Triticum vulgare o Triticum aestivum). Ni qué decir tiene que con la espelta no nos arriesgamos a estar consumiendo un alimento transgénico, con los beneficios saludables y ecológicos que esto conlleva.
Se emplea para cocinar en harina, como cualquier otra variedad de trigo.
Tiene un sabor más intenso. Si nos decidimos a hacer, por ejemplo, un bizcocho o magdalenas con esta harina, no hará falta que agreguemos vainilla, canela o ralladura de limón, aunque esto siempre es al gusto de cada uno. También podemos hacer o comprar pan de espelta. En el mercado está un poco subido de precio porque hay poca demanda, así que vale la pena probar a hacerlo en casa.
El siguiente fragmento está sacado de www.enbuenasmanos.com
¿Sabías que la espelta...?
Hoy en día ha cobrado un gran auge, sobre todo, gracias a que muchos médicos observan que cuando sus pacientes dejan de tomar alimentos que contengan el trigo común y se pasan a la espelta, muchos de esos pacientes mejoran de lo que ellos llaman subalergias o síntomas que no tenían explicación aparente (algunos problemas de piel, algunas cefaleas o dolores inespecíficos, gente que no podía adelgazar de ninguna manera, etc.)
El principal problema es que cuesta mucho conseguir la espelta y además los panes, pastas, harinas y bollería hechos con esta harina son más caros ya que hay poca producción y mucha demanda.
Comer sano y que esté bueno es posible. Gracias por esta entrada.
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